
Es mi cumpleaños. Número 33. Antes, para hacerme el piola, les tiraba a las minitas la siguiente linea: ”Creo que voy a morir joven”.
Y claro, 33 era LA EDAD para morirse, como Morrison, Cristo, Hendrix y que se yo cuantos otros.
Obviamente, solo me estaba haciendo el Jim Morrison. Nunca realmetne se me cruzó la ide por la cabeza. Y ni siquera sé si logré el efecto de poeta rómantico que quería generar en las minitas. Probablemente hayan pensado que era un tarado.
Como sea, volvamos a hoy.
Y hoy, a decir verdad, no me quiero moriri ni en pedo. Me quiero quedar por acá mucho más rato!
Vez pasada hablamndo con un chabón un poco mayor que yo, me mandó la frase del millón: Tenemos que empzar a cuidarnos más, ya no tenemos 20 años.
Ni hablar cuando uno piensa que los 20 años fueron hace 13 años. Es extraño, en algún lindamente tramposo lugar de la mente, uno siempre tiene 14 años. No porque los 14 hayan sido lindos , y libres y frescos y todo eses chamullo. No recuerdo claramente, pero los catorce abran tenido su olor a mierda también.
A lo que refiero es a esa sensación copada de que hay mucho por venir, y que la mayoría de la gente que nos rodea, son mayores, más adultos, más viejos.
Luego de adulto, uno entiende que realmetne el mundo anda como anda porque los famosos adultos andan por la vida con la misma sensación de no tener ni puta idea, como cuando tenían 14.
Hace unas cuantas generaciones, me parece a mi, que el volverse adulto no trae ni calma ni estacionamiento ni certezas. Pero está bien. La idea de las certezas es un chamullo para nuestras verdades temporarias, simpre las mismas y siempre tan cambiantes.
Hoy es un día fántastico. Me desperté de buen humor, tuve sueños refrescantes y joviales (jovial.... que palabra de viejo choto).
La onda es que me desperté sin preguntas, sin pensamientos ni reacciones a mi mismo. Yo me la paso reaccionando a mi mismo. Hoy estoy tranquilo, feliz, en paz, casi ni me doy bola. No me escucho inchandome las pelotas.
Que buen Cumpleaños!